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Karen Rifas featured by Janet Batet in el Nuevo Herald
June 10, 2020
el Nuevo Herald
Janet Batet
Karen Rifas (Chicago, 1942) es una de las figuras más emblemáticas y queridas de las artes visuales del sur de la Florida. Su probada trayectoria artística le mereció el pasado año el Michael Richards Award del Oolite Arts, nombre con el que fuera rebautizado el ArtCenter/South Florida, creado en 1984 y donde la misma Karen Rifas tuviera residencia en 1990 y mostrara su obra en repetidas ocasiones.
Afincada en Miami desde los 12 años de edad, Rifas es una exploradora del espacio. En la base de toda su obra se encuentra esa relación minimalista con el espacio a partir del elemento mínimo seriado. Sin embargo, su obra está cargada de una sensibilidad bien particular hacia el elemento natural, el movimiento, la danza y el color que le separan de esa asepsia propia del minimalismo, desde donde emerge una suerte de vaso comunicante con la figura de Eva Hesse.
Bien conocidas son las instalaciones específicas de Rifas, cargadas de alta síntesis y sentido poético donde unas veces materiales naturales (generalmente hojas) y otras materiales ordinarios de nuestro cotidiano (tales como cuerdas, cables y pintura) son secundados por la música y la danza reestructurando una nueva cartografía del espacio transfigurado.
Del primer grupo, destacan sus exposiciones personales Abandoned (De la Cruz Collection, 2010) y Strung Out (Bernice Steinbaum, 2011). En la primera, Rifas creó una suerte de laboratorio que invitaba a la intervención directa del público para la catalogación y archivo de los miles de hojas meticulosamente recolectadas. El título aludía a la necesidad de rescate y salvaguarda de nuestra naturaleza como única vía de restitución de nuestra propia paz interior. En la segunda, elegantes entramados geométricos a base de estambres de color rojo y negro creaban una nueva percepción del espacio. La cadencia vibrante de hilos multiplicados gracias por los halos de luz generadores de nuevas secuencias cambiantes proyectadas sobre la pared y habitadas por la música y el baile, desarticulaban por completo el pesado cubo blanco.
Esta obsesión por desentrañar el espacio es también una constante el dibujo de Rifas. En este sentido, se impone mención a exposiciones como INKarnations (Bridge Red Studios Project Space) y Recent Works/Obra reciente (Arévalo Gallery), ambas del 2013, donde serialidad, ritmo, aceleración y desaceleración de la línea se hilvanan, con esa misma pulsación del zip que animara la obra de Barnett Newman, en vibrato magnífico. El resultado es pues un fino hilar de relaciones espaciales y temporales sobre el plano, progresiones lineales que animadas por el sentido de serialidad y ritmo que devienen lenguaje poético único del espacio convertido ahora en zona de meditación.
Interesada en el arte desde temprana edad, Karen Rifas comienza a tomar clases en el Miami-Dade Community College, entonces localizado en el Kendall Campus, para después completar su maestría en Bellas Artes en la Universidad de Miami. Sus primeros trabajos en la década de los ochenta, eran esculturas de gran formato en bronce y acero. Rifas explica que el dominio de esa preponderancia arquitectónica masculina marcó su obra en aquellos años.Más recientemente, hacia 2016, su obra experimenta una expansión magnífica. La línea, siempre presente, se subordina ahora a la existencia limítrofe a partir de los campos dinámicos de colores rotundos sobre el plano. Después de años de exploración con una paleta restringida caracterizada por la sobriedad desde el punto de vista cromático, donde se imponían el negro, gris, rojo y amarillo, Rifas llega a lo que ella misma denomina “el descubrimiento puro de la alegría de la pintura”.
Aquí se inscriben dos exposiciones esenciales: Per Forms (Emerson Dorsch Gallery, 2017) y Deceptive Constructions (Bass Museum, 2018). En ambas exposiciones, otra vez la interacción con el espacio es fundamental. Los campos planos, pletóricos de color, magistralmente balanceados, generan una tensión cromática que fuerza la sinergia entre planos pictóricos que avanzan y retrocedan en dependencia de nuestro punto de vista en un lúdico push and pull. La herencia de la vocación concreta (específicamente a través de la Bauhaus, el constructivismo ruso y el Hard-edge painting) así como del cinetismo se confabulan aquí en una espectáculo cromático donde, por momentos, asoma la paleta de Leonard Horowitz. Lustrosos azules turquesas, naranjas y fucsias que no se limitan a lo bidimensional sino que saltan del plano y se convierten en estructuras tridimensionales habitables donde predominan esa alegría de vivir en una suerte de ecología urbana.
Existe todavía otra línea de trabajo ineludible apenas referida por la crítica en la prolífera trayectoria artística de Rifas. Me refiero a esa vertiente cargada de alto nivel de contingencia y refinada crítica donde el comentario socio-político de urgencia se instala como tema central. En este sentido, se impone su emblemática exposición Morning Coffee and dealing with election issues (Miami Dade College, 2008). La contundente muestra, realizada -como este año- durante el período de las elecciones y conformada por instalaciones escultóricas a base de objet trouvés, constituía una invitación a la reflexión y debate en torno a problemáticas de urgencia tales como migración, cortes presupuestarios, salvaguarda de los derechos ciudadanos y crisis hipotecaria, entre otros. Los objetos cuidadosamente seleccionados y ensamblados, se ensamblan en nueva entidad inquietante que nos interroga acerca de nuestro rol social en tanto ciudadanos. La inclusión de libros a modo de pedestal, actúa aquí como brújula de las problemáticas tratadas.
El año próximo y como parte del Michael Richards Award, el Bass Museum presentará una nueva muestra de la obra de Karen Rifas. Esperemos que el tan debido catálogo razonado sobre su trayectoria artística acompañe la misma.
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